Elena es un vampiro, está ahí , es un hecho. Está viva después de todo y no tiene más remedio que adaptarse a su nueva situación. Pero no lo está teniendo nada fácil. Elena no es capaz de matar humanos y Stefan intenta que no tenga que pasar por ello sustituyéndola por sangre de animal. Así que se van de 'caza' al bosque. Ahí es cuando descubrimos (con coitus interruptus de por medio) que Elena no es capaz de mantener la sangre de animal en su cuerpo. Algo que, por supuesto, Damon ya sabía y les había advertido. Los vampiros comen personas, punto, final. Al menos al principio. Aún así, Stefan no quiere ceder y es Elena, a escondidas y para nuestra sorpresa, la que le pide ayuda a Damon. Me gusta la actitud sarcástica que muestra Damon ante Elena y el efecto que esto produce en ella. Sabemos que Elena volverá a dudar entre Stefan y Damon (y no hace falta que os diga de que parte estoy ¿no?). Dejando este venazo adolescente, Elena sigue sin querer probar sangre humana y Damon toma medidas "especiales": que beba de su sangre. Algo que tacha de "personal" y que luego le traerá un buen puñetazo de Stefan, pero que de momento parece funcionar.
Dejemos esto a parte un momento para hablar del nuevo villano que ha llegado a Mystic Falls. Connor Jordan es su nombre, y aunque al principio parezca un hombre de lo más cordial es en realidad un cazador de vampiros. La forma de enterarnos es, básicamente, que le pega unos cinco balazos a Tyler en todo el pecho. El hombre tiene un guante con verbena, una forma muy eficaz de descubrir vampiros. Y no es moco de pavo, porque no es un cazador normal, éste va preparado de verdad y se dispone a cargarse a cualquier vampiro que se encuentre en el pueblo, comenzando por el funeral de los miembros del consejo. Porque recordemos que la semana pasada el pastor Young se encargó de cargarse a todo el consejo en una explosión. Así pues, piensa en una buena forma de atraer vampiros: sangre. le mete un cuchillazo a la hija del pastor y la deja desangrarse a la espera de alguna extraña reacción. Y el blanco perfecto para ello es Elena, que después de no aceptar tampoco la sangre de Damon, está más vulnerable que nunca. Mientras Elena se debate entre el control y el hambre, Damon propone arrancarle la cabeza al tío, propuesta que no parece convencer. Es Matt, el que da la solución: que Elena beba de él. Este personaje es el único que queda completamente humano y espero que le den más importancia en esta temporada, dejando atrás esa constante culpabilidad que se están encargando de recordarnos constantemente. Admiro su fuerza de voluntad al no, no se, gritar como un loco mientras están bebiendo su sangre. Lo que no se muy bien es porque si estaba todo arreglado, Tyler decide ponerse en plan héroe y sube al atril. Supongo que para destapar todo el pastel, porque se vuelve a llevar unos cuantos balazos. Muy intrigante el supuesto tatuaje que ve Jeremy en el brazo de Connor. Al verlo únicamente Jeremy podría tener relación con los muertos. Me ha gustado ese pequeño misterio.
Y llegamos al final del capítulo. Un tanto pasteloso con lo de las linternas de papel. Cada uno enciende una en recuerdo de las personas a las que han perdido: Vicky, Anna, Alaric, la abuela de Bonnie (cosa que todavía no entiendo porque se la cargan)... Pero el final lo pone Damon, que se niega a hacer semejante tontaría. Y tiene razón. Porque es muy bonito, pero no va a servir para mejorar las cosas. Damon si tiene a alguien a quien echar de menos: Alaric. En su tumba se lamenta (a su forma) del final del que fue su amigo y de que lo haya dejado solo con una pandilla de niños a los que cuidar. Siempre lo digo y lo diré: Damon es el mejor personaje.
Y hasta aquí el repaso de un capítulo que llega con algo de retraso, ya que el jueves vuelve con el tercer capítulo que promete estar muy bien. De este me esperaba más del problema de adaptación de Elena, quizás más descontrol. Ya se verá. Ahora de momento dejo aquí la promo y dos Sneak Peeks del 4x03, en el que vuelven los originales. ¡Hasta la próxima!
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